Parroquia San Juan Pablo Segundo

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El Santo Rosario: Un Camino de Oración y Encuentro con Dios

"El Rosario es mi oración predilecta. Oración maravillosa en su sencillez y profundidad, en ella recitamos con fe y amor el Ave María mientras contemplamos los misterios de la vida de Cristo"
San Juan Pablo II

El Santo Rosario es una de las oraciones más poderosas y tradicionales de la Iglesia Católica. A través de la meditación en los misterios de la vida de Jesús y la Virgen María, el Rosario nos guía a una profunda reflexión sobre la fe, el amor y la salvación. Es un arma espiritual contra las dificultades y un medio para acercarnos a Dios con la intercesión de Nuestra Madre Celestial.

Este rezo ha sido recomendado por santos y papas a lo largo de la historia, y la Virgen María misma ha pedido su oración en diversas apariciones, como en Fátima y Lourdes. Con cada Ave María y cada Padre Nuestro, elevamos nuestra mente y corazón a Dios, fortalecemos nuestra fe y pedimos por la paz en el mundo y en nuestras familias.

¿Cómo se debe rezar el Santo Rosario?

  • Señal de la Cruz y Credo: Se inicia haciendo la señal de la cruz y rezando el Credo.
  • Padre Nuestro: Se reza un Padre Nuestro en la primera cuenta grande.
  • Tres Ave Marías: Se rezan tres Ave Marías en las siguientes cuentas pequeñas, pidiendo fe, esperanza y caridad.
  • Gloria al Padre: Se finaliza con el Gloria.
  • Misterios del Rosario: Se anuncian los misterios correspondientes al día y se meditan en cada decena:
    - Lunes y Sábado: Misterios Gozosos
    - Martes y Viernes: Misterios Dolorosos
    - Miércoles y Domingo: Misterios Gloriosos
    - Jueves: Luminosos
  • Decenas del Rosario: Cada decena consiste en:
    - Un Padre Nuestro
    - 10 Ave Marías
    - Un Gloria
    - La oración de Fátima: "Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados..."
  • Oración Final: Se reza la Salve y otras oraciones opcionales.
  • Señal de la Cruz para concluir el rezo.
  1. La Anunciación del Ángel a la Virgen María
  2. La Visitación de María a su prima Isabel
  3. El Nacimiento de Jesús en Belén
  4. La Presentación de Jesús en el Templo
  5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo
  1. La Oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní
  2. La Flagelación de Jesús atado a la columna
  3. La Coronación de espinas de Jesús
  4. Jesús carga con la cruz camino al Calvario
  5. La Crucifixión y Muerte de Jesús
  1. La Resurrección de Jesús
  2. La Ascensión de Jesús al cielo
  3. La Venida del Espíritu Santo en Pentecostés
  4. La Asunción de la Virgen María al cielo
  5. La Coronación de María como Reina del Cielo y de la Tierra
  1. El Bautismo de Jesús en el río Jordán
  2. El Milagro de las Bodas de Caná
  3. El Anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión
  4. La Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor
  5. La Institución de la Eucaristía en la Última Cena

Padre Nuestro:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén

Dios te Salve:

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Gloria:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salve:

Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Horarios del Santo Rosario

Te invitamos a rezar el Santo Rosario con nosotros y a poner tus intenciones en manos de la Virgen María.

Invierno

(1 de octubre – 30 de marzo)

Lunes a Sábado (Excepto Martes) 18:30

Verano

(1 de abril – 30 de septiembre)

Lunes a Sábado 19:30

Preguntas Frecuentes

El Rosario es una oración de meditación que nos acerca a Dios a través de María. Nos ayuda a fortalecer la fe, a encontrar paz en tiempos difíciles y a interceder por las necesidades del mundo.

Generalmente, rezar el Rosario toma entre 15 y 20 minutos, dependiendo del ritmo y la meditación en cada misterio

No es obligatorio, pero es una práctica muy recomendada. La Virgen María ha pedido en varias apariciones que se rece diariamente para alcanzar la paz y la conversión de los pecadores.

Sí, el Rosario puede ofrecerse por cualquier intención: la familia, la salud, la paz mundial, la conversión de alguien, entre otras.

La indisolubilidad significa que el Matrimonio, una vez celebrado de acuerdo con los principios de la Iglesia, no puede ser disuelto por ninguna autoridad humana. Es un compromiso hasta la muerte de uno de los cónyuges.

No es obligatorio, pero el rosario ayuda a llevar la cuenta de las oraciones y a mantener la concentración. También se puede rezar con los dedos o utilizando aplicaciones móviles.

Las diez Ave Marías ayudan a profundizar en la meditación del misterio correspondiente, manteniendo el corazón centrado en la vida de Jesús y María.

Sí, es muy recomendable rezarlo en familia o con otras personas, ya que fortalece la fe y une espiritualmente a los participantes.

Es normal que ocurran distracciones. Si te das cuenta de ello, simplemente vuelve a centrar tu atención en la oración y en la meditación de los misterios.

No te preocupes, lo importante es la intención y el recogimiento con el que rezas. Si te das cuenta, simplemente continúa donde estabas o repite la cuenta si quieres.

No, puedes rezarlo sentado, de pie, caminando o incluso acostado si estás enfermo. Lo esencial es hacerlo con devoción y concentración.

No hay una hora fija, pero muchos prefieren rezarlo por la mañana para empezar el día con Dios o por la noche como cierre del día. También se reza antes de la Misa o en momentos de necesidad.

Por supuesto, puedes ofrecerlo por un enfermo, por alguien que ha fallecido, por una intención personal o incluso por la paz en el mundo.

No, el Rosario no es un amuleto. Es una oración de amor y devoción que fortalece nuestra relación con Dios. Si un día no puedes rezarlo, puedes retomarlo al día siguiente sin problema.

¡Por supuesto que pueden! Si es muy largo para ellos, pueden empezar con una sola decena e ir aprendiendo poco a poco. Lo importante es que crezcan en la fe con alegría.

" Descubre el poder del Santo Rosario: una oración que transforma, protege y nos une a Dios.

¿Te unes a esta hermosa devoción? "

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