Parroquia San Juan Pablo Segundo

La Reconciliación: El Encuentro con la Misericordia de Dios

"La reconciliación con Dios a través del sacramento de la penitencia es un acto de amor y misericordia."
San Juan Pablo II

El sacramento de la Reconciliación, también llamado Confesión o Penitencia, es el regalo de Dios que nos permite experimentar su amor y perdón. A través del sacerdote, Jesús nos acoge con misericordia, nos libera del peso del pecado y nos renueva espiritualmente.

Confesarnos nos ayuda a sanar el alma, fortalecer nuestra relación con Dios y vivir en paz con nosotros mismos y con los demás. Es un acto de humildad y confianza en el amor infinito de Dios, que siempre nos espera con los brazos abiertos.

Horarios de Confesiones

Nuestra parroquia adapta sus horarios según la temporada para que siempre tengas un espacio de encuentro con Dios.

Invierno

(1 de octubre Hasta Finalizar Semana Santa)

Lunes a Sábado 18:30 H

Verano

(Después de Semana Santa al 30 de septiembre)

Lunes a Sábado 19:30 H

Es el sacramento en el que Dios nos perdona los pecados a través de la confesión sincera ante un sacerdote, quien actúa en nombre de Cristo.

Porque nos limpia del pecado, nos reconcilia con Dios y con la Iglesia, y nos ayuda a vivir una vida cristiana más auténtica.

La Iglesia recomienda confesarse al menos una vez al año, especialmente en Cuaresma, pero es ideal hacerlo con más frecuencia para mantener el alma en gracia.

Debes confesar todos los pecados mortales de manera clara y sincera. También puedes confesar pecados veniales para recibir mayor gracia.

Puedes orar y pedir perdón a Dios en tu interior, pero Jesús instituyó el sacramento de la Reconciliación para que recibamos su perdón de manera visible a través del sacerdote.

Recuerda que el sacerdote no está para juzgarte, sino para ayudarte a recibir el amor y el perdón de Dios. Confesarse es un acto de valentía y humildad.

Si tienes pecados mortales, sí es obligatorio. Si son pecados veniales, no es estrictamente necesario, pero la confesión te ayuda a recibir la Eucaristía con un corazón más puro.

Te da paz interior, fortalece tu voluntad para evitar el pecado y te acerca más a Dios, ayudándote a vivir con mayor amor y misericordia.

Porque no solo borra nuestros pecados, sino que sana nuestra alma, nos llena de paz y nos ayuda a recuperar la relación con Dios y con la Iglesia

Porque no solo borra nuestros pecados, sino que sana nuestra alma, nos llena de paz y nos ayuda a recuperar la relación con Dios y con la Iglesia.

La oración nos ayuda a expresar nuestro arrepentimiento, pero en la Reconciliación recibimos el perdón de Dios de manera sacramental y con autoridad a través del sacerdote.

Nos fortalece contra la tentación, nos da claridad espiritual, nos llena de la gracia de Dios y nos ayuda a crecer en santidad.

Porque el pecado no solo nos aleja de Dios, sino que también afecta nuestra relación con las personas. La Confesión nos ayuda a sanar esas heridas y a vivir en armonía.

Nos hace más conscientes de nuestras debilidades, nos fortalece con la gracia de Dios y nos motiva a esforzarnos por mejorar nuestra vida espiritual.

 

Si fue un olvido involuntario, el pecado es perdonado, pero se recomienda mencionarlo en la siguiente confesión. Si fue intencional, la confesión no es válida.

Porque recibir la Eucaristía en estado de pecado mortal es una falta grave. La Confesión nos ayuda a acercarnos a Dios con un corazón limpio.

Dando testimonio de sus beneficios, invitando con amor a quienes lo necesitan y explicando que la Confesión no es un castigo, sino una oportunidad de recibir el amor y la misericordia de Dios.

Dios siempre está listo para perdonarte. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde tu última confesión?

Scroll al inicio